¿Qué color elijo para mi sofá?
Sofá de color, estilo asegurado
Un sofá de color da carácter y un toque muy estiloso al salón. Frente a una pared clara llamará la atención y se convertirá en una pieza protagonista.
Si hay niños en casa es una opción muy práctica porque es más sufrido que un sofá claro, y se disimula más el desgaste por el uso.
El contra es un sofá oscuro puede parecer más grande de lo que es y “comerse” ópticamente la estancia. Es más complicado coordinarlo con los textiles y podemos correr el riesgo de cansarnos más rápidamente de él.
Sofá blanco o colores neutros
El blanco nunca falla, no cabe duda el sofá siempre de un tono blanco, que tire ligeramente a gris o beige pero que sea claro.
El sofá claro es más ligero a la vista que uno oscuro –un detalle importante en espacios pequeños- y condiciona menos la decoración del salón, lo que te permite cambiar el estilo cada temporada tan sólo jugando con los textiles de su alrededor. El contra es que se puede manchar más fácilmente. Pero hay una solución que es el comprarlos con tapicerías antimanchas o desenfundables.